Prinker, la primera impresora de Tatuajes

¿Eres una persona confundida y siempre has querido hacerte un tatuaje pero tienes miedo de arrepentirte? Prinker puede ayudarte a realizar una prueba antes de realizar el diseño final.

Las impresoras 3D marcaron un antes y un después por su capacidad de imprimir cualquier cosa que se les ordene, como figuras de acción, una taza e, incluso, una prótesis.


Aunque no lo creas, surgieron por primera vez en 1983, por parte del norteamericano Charles W. Hull, internacionalmente conocido como Chuck Hull. Logró imprimir el primer objeto 3D de la historia usando, para ello, el proceso de estereolitografía.

Bien, aunque un tatuaje no es un objeto en 3D, este tipo de dispositivos nos sirve de epílogo para introducir el tema en cuestión: las impresoras de tatuajes.

De hecho, los dispositivos que se encargan de plasmar fotografías o archivos en cualquier superficie también suponen un importante avance. Por su parte, Prinker es una máquina que cambió la forma de entender el concepto de impresión, ya que incluye la capacidad de estampar sobre tejido humano.

La impresora, desarrollada por la startup coreana SketchOn, permite elegir un dibujo o diseño y tatuarlo en la piel en apenas unos segundos, a través de un método de impresión temporal.

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